Ante los problemas que está causando la globalización a los trabajadores, unos porque se quedan sin él, otros porque son explotados, y a otros muchos porque aún ni siquiera les ha llegado su oportunidad, nace una iniciativa interesante, el CSI.
Si el capital y las multinacionales van buscando mano de obra cada vez más barata y lugares con escasa o nula representación sindical, dentro de algún tiempo podríamos estar viviendo en una nueva forma de esclavitud, y el mundo lejos de haber conseguido un reparto equitativo de los recursos, sería un patético escenario con dos clases: los que tendrían mucho más de lo que necesitan y los que trabajarían para ellos en condiciones infrahumanas.
El CSI lanza una campaña con una visión alternativa, la de globalizar los derechos, los sueldos, las condiciones laborales.
Adelantamos algunos detalles:
"Las instituciones mundiales como el FMI, la OMC y el Banco Mundial deben reconocer que sus políticas están originando mayor inseguridad, irregularidad e informalidad para la mayoría de los trabajadores del mundo. En nombre del bienestar humano no podemos dejar que esto continúe”, comentó Bart Verstraeten, de Social Alert International.
“Aunque el trabajo decente está comenzando a figurar en las declaraciones internacionales, no lo promueven los principales actores de la gobernanza mundial”, dijo Guy Ryder, Secretario General de la CSI. “Tenemos que lograr que esos actores cambien de opinión y se den cuenta de que el crecimiento comercial y económico internacional solo no está creando suficientes puestos de trabajo ni erradicando la pobreza. El trabajo decente es una parte fundamental para solucionar el descontento existente con la mundialización”, agregó.
“Para la mayoría de las personas del mundo que quedan al margen de los beneficios del aumento de la economía mundial, el trabajo decente es actualmente nada más que un sueño."
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